Falta de atención por asamblea en el Banco Santander: "No se pagan las horas extras", denunció el gremio

El Banco Santander de Villa María tuvo resentida este lunes y martes la atención al público debido a una asamblea convocada por el gremio La Bancaria. Pablo Bertoglio, secretario de La Bancaria a nivel local, explicó al móvil de Radio Villa María que la medida responde a una serie de "incumplimientos varios a la legislación laboral vigente" que la entidad bancaria estaría realizando "en forma sistemática a lo largo y a lo ancho del país".

Bertoglio detalló los motivos detrás de la medida de fuerza, señalando que "ha habido despidos, traslados compulsivos, no cumplimiento del convenio colectivo, faltas en lo referente al horario laboral, se hacen horas extras y no se pagan. Se realizan reemplazos de cargos superiores y no se pagan".

El secretario general enfatizó la gravedad de la situación, indicando que "los incumplimientos son numerosos y por eso la Asociación Bancaria a nivel nacional ha decidido hacer este plan de lucha que continúa hoy como en su segunda jornada".

La asamblea, que tendrá lugar durante las tres últimas horas de atención al público, busca "defender la fuente laboral, en un marco de dignidad y de respeto por la ley laboral vigente".

Como resultado, no hubo atención al público en el Banco Santander desde las 10 de la mañana en adelante y no se descartan más medidas similares.

El plan de lucha informado por La Bancaria contempla un cronograma progresivo. Para este martes 15 de julio están previstas asambleas de tres horas, mientras que el jueves 17 habrá una movilización masiva a la embajada de España en Buenos Aires. El sindicato no descarta endurecer el conflicto con paros totales si no hay señales de diálogo.

Desde La Bancaria afirman que el Santander “ignora los reclamos locales y avanza con un modelo de achique, bajo el discurso de modernizar al personal”. Incluso contrastaron los dichos de la presidenta global del banco, Ana Botín, quien habla de “ayudar a las personas a progresar”, con la realidad argentina: “Acá eso no pasa, acá se traduce en aprietes y despidos”, sostienen.