El analista Pablo Wehbe explicó que tanto el terrorismo como Israel han recurrido a esta práctica, utilizando los restos de los fallecidos para negociar intercambios de presos y rehenes.
El conflicto en Oriente Medio revela constantemente aristas que rebasan los límites de lo humano, y el caso del argentino Lior Rudaeff es un ejemplo escalofriante. Asesinado hace dos años, el 7 de octubre de 2023, durante los ataques de los movimientos Jihad Islámica y Hamas, su cuerpo fue retenido por estos grupos para ser utilizado como "moneda de cambio" en negociaciones.
Así lo explicó el analista de política internacional Pablo Wehbe en diálogo con el programa DE UNA, abordando las complejas y dolorosas implicancias de esta práctica.
"De lo que estamos hablando acá es de un lugar en el cual creo que hay uno de los puntos del plan de paz del presidente Trump que apunta, pero apunta lamentablemente a algo que tiene que ser intergeneracional, que es primero el diálogo interreligioso y segundo los cambios de planes de estudio", señaló Wehbe, remarcando que es difícil convivir cuando se educa en el odio contra el diferente.
El macabro intercambio de cuerpos
El analista detalló que el cuerpo de Lior Rudaeff fue guardado durante dos años con el objetivo de usarlo como un elemento de negociación. Pero, en un giro que genera gran controversia, Wehbe indicó que esta práctica no es exclusiva de los grupos terroristas.
"Cuidado, el ejército de Israel, es decir, no un grupo terrorista, sino una fuerza jurídicamente significante que es la fuerza del Estado frente a una amenaza externa, hizo lo mismo, porque a los palestinos que mató en la primera parte de la represión, también estoy hablando de cuerpos de un año y medio o dos años, Israel aprovechó para intercambiarlos, usarlos como moneda de cambio, frente al grupo terrorista", afirmó.
La lógica detrás de esta decisión, tanto de Hamas como del ejército israelí, es cruda, "ustedes me entregan los rehenes, yo les doy presos, ustedes me dan los cuerpos de los muertos, yo les doy los cuerpos de sus muertos".
La necesidad de un duelo y la humillación
Consultado sobre el objetivo de fondo de retener un cuerpo asesinado hace dos años, Wehbe apuntó a dos cuestiones centrales que se arrastran por milenios.
La primera es la necesidad de que una familia pueda elaborar el duelo. "La desaparición de personas anula psicológicamente a grupos familiares que no terminan de hacer un duelo y viven anclados en un pasado. No saben si la persona que falta está o no está", explicó el analista.
La segunda cuestión es la instrumentalización del dolor, "mantener un cuerpo también forma parte de tengo algo tuyo que sé que vos lo estás extrañando y que lo estás necesitando para terminar con una etapa".
El antecedente del 7 de octubre y la paz imposible
Wehbe recordó que los intercambios de prisioneros tienen un historial delicado. El que fuera el "arquitecto" de los ataques del 7 de octubre de 2023, Yash Yasinguer, fue liberado en un intercambio con Hamas en 2013.
"Un diario israelí de extrema derecha, Yediot Ahronot, decía, bueno, probablemente ahora, en este último intercambio de presos por rehenes, estemos liberando a quien próximamente atacará a Israel", sostuvo.
Para el especialista, pese a las buenas intenciones, el actual plan de paz norteamericano es "impracticable", ya que toca puntos que no son compatibles con la voluntad ni de Israel ni de los grupos terroristas, como el reconocimiento del derecho palestino a tener un Estado o la obligación de Hamas de desarmarse.
Wehbe concluyó que sin la presión de Estados Unidos, la liga Árabe no tiene peso, y que la solución real es un cambio profundo y generacional.
"Si acá no hay cambio de planes de estudios en Israel, ni en las autoridades palestinas, ni en los movimientos palestinos, esto no se solucionará ni en varias generaciones. Esto no va de un año para el otro. La paz tiene que venir con un proceso educativo, con un proceso en el cual usted y yo dejemos de vernos como enemigos, y eso no se logra de un día para el otro."
Finalmente, el analista de política internacional advirtió sobre el uso del lenguaje en Israel, donde no se menciona la palabra "palestina" sino "los árabes", lo que quita la identidad y niega el pasado y el futuro de ese grupo.