Este electrodoméstico se utiliza a diario en cientos de hogares, pero su funcionamiento siempre estuvo bajo la lupa.
La preocupación sobre el potencial impacto del microondas en la calidad nutricional de los alimentos ha sido objeto de debate durante décadas.
Este electrodoméstico, introducido en los hogares por su velocidad y conveniencia a la hora de calentar comida, aún genera interrogantes sobre su efecto real en las propiedades nutritivas de los alimentos que consumimos diariamente.
El argumento de que el microondas es perjudicial se ha mitificado a lo largo del tiempo y es común encontrar en diversas plataformas en línea y redes sociales afirmaciones erróneas que sugieren que elimina o reduce significativamente los nutrientes esenciales.
Sin embargo, Harvard Heatlh, el protal de salud de la prestigiosa universidad norteameriana, explica que no hay evidencias de que el microondas afecte negativamente la nutrición de forma distinta o más severa que métodos tradicionales de cocción, como el horno o la cocina a gas.
Ambos métodos, cuando se utilizan para calentar alimentos, pueden afectar en menor medida algunos nutrientes, pero el microondas no tiene un efecto especialmente perjudicial.
Es más dependiendo del tipo de nutriente, puede incluso se beneficiosos. Harvard Helth pone como ejemplo a la vitamina C que, según explica el portal especializado, el microondas conserva mejor por sus tiempos de cocción más cortos.
Comparación con otros métodos de cocción: horno y fuego
El funcionamiento del microondas se diferencia del horno y el fuego (hornalla) en la forma en que calientan los alimentos; mientras estos últimos producen calor mediante convección, el microondas utiliza ondas electromagnéticas, la cuales hacen vibrar las moléculas de agua presentes en estos, elevando la temperatura de manera uniforme y rápida.
A pesar de estas diferencias, el impacto sobre los nutrientes no se magnifica en el uso del microondas. Al igual que con cualquier método de cocción que implique calor, los nutrientes pueden reducirse ligeramente, pero esta pérdida no es mayor en el caso del microondas.
El microondas calienta a través de un mecanismo sencillo: las ondas oscilantes generan un movimiento acelerado en las moléculas de agua contenidas en los alimentos, creando calor. Importante es subrayar que este proceso físico no produce efectos nocivos sobre la estructura molecular de los alimentos.
Los vínculos moleculares y químicos permanecen intactos, descartando la posibilidad de cambios perjudiciales en la composición nutricional. Este entendimiento es vital para desmitificar nociones erróneas acerca de que el microondas provoca una degradación química en los alimentos.
Consejos sobre el uso del microondas
Mientras el valor nutricional no está comprometido significativamente por el uso del microondas, el sabor de los alimentos podría alterarse si no se maneja correctamente.
Los expertos recomiendan no calentar a máxima potencia para evitar la deshidratación o la cocción desigual, lo cual puede afectar el sabor y la textura.
Por lo que utilizar una potencia más moderada ofrece mejores resultados en términos de gusto y mantiene la integridad de las texturas, asegurando una experiencia culinaria más satisfactoria.
El microondas, lejos de ser un riesgo para la calidad alimentaria, es un aliado en la cocina contemporánea, siempre y cuando se utilice con las recomendaciones adecuadas para preservar tanto nutrientes como sabor.
Harvard explica que “el método de cocción que mejor conserva los nutrientes es el que cocina rápidamente, calienta los alimentos durante el menor tiempo posible y utiliza la menor cantidad de líquido posible. Y el microondas cumple estos criterios”.
Aconseja utilizarlo con una pequeña cantidad de agua porque así los alimentos se cuecen al vapor desde dentro hacia fuera. “Así se conservan más vitaminas y minerales que con cualquier otro método de cocción, lo que demuestra que los alimentos cocinados en microondas pueden ser realmente sanos”, agrega el sitio especializado.