Padre Bustamante: "Francisco ha sido un regalo de Dios para la Iglesia"
- 22/04/2025 06:26 hs
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En la Iglesia Catedral, el vicario general de la Diócesis de Villa María, Alberto Bustamante, llevó adelante una misa en honor al Papa Francisco.
Durante la homilía realizada por el padre Alberto Bustamante, estuvieron presentes también, autoridades municipales encabezadas por el intendente villamariense Eduardo Accastello, los legisladores provinciales Verónica Navarro Alegrey Alfredo Nigro, organismos e instituciones intermedias locales y provinciales, e integrantes de la comunidad judía en esta ciudad.
A continuación las sentidas palabras del Vicario Diocesano:
Queridos hermanos, nos hemos convocado en esta Catedral Santuario de la Inmaculada Concepción, en esta casa del Pueblo de Dios en donde siempre podrá encontrar alivio para sus dolores, fortaleza en el caminar, consuelo en sus aflicciones. Nos hemos convocado para celebrar la Eucaristía con la tristeza esperanzada y la gratitud en el corazón por la partida de nuestro querido Papa Francisco, el Papa argentino, hijo de esta tierra que lo vio nacer, crecer, vocacionar y partir convocado por el Pastor de los pastores, Jesucristo, a ser pastor de la Iglesia universal, Obispo de Roma ,la llamada ciudad eterna en la que descansaran sus restos mortales junto a la de sus antecesores desde el apóstol San Pedro.
Dios en su providencia a querido llamar a Francisco a vivir su pascua en nuestra Pascua. Suenan y sonarán para la Iglesia y el mundo las palabras reconfortantes y esperanzadoras proclamadas en el evangelio de domingo de pascua de resurrección: “por qué buscan entre los muertos al que esta vivo, no está aquí, HA RESUCITADO!!!!.
Ha resucitado Cristo nuestra esperanza, como lo había prometido. Francisco ha sido un don, un regalo de Dios para la Iglesia y el mundo en esta compleja época en la historia del mundo y de nuestra Patria. El papa de la gran transición mundial. Del paso del mundo unipolar al mundo multipolar. Del paso de una sociedad a otra: del capitalismo industrial al informacional. De la transformación de la modernidad sólida a la modernidad líquida. Del paso de una forma de Iglesia a otra. En términos metafóricos del paso del Dios Uno al Dios Trino. Del paso de la Iglesia Jerarquía a la Iglesia Pueblo de Dios. Del paso de romanocentrismo al policentrismo. De la centralización al privilegio de la colegialidad y la participación. La sinodalidad.
Sus gestos, sus palabras han sido y son la columna de fuego que iluminaba el peregrinar del pueblo de Dios en la oscuridad del desierto, han sido y son la nube que protegía y el maná que alimentaba para no decaer en el camino. Damos gracias por semejante pastor que nos invito a ser como Jesucristo, que no fue un sedentario burócrata de escritorio amante de un doctrinarismo abstracto sin rostros y sin pueblo, sino que fue un caminante. Que nos recordó que la esencia del cristianismo no es la adhesión a un corpus doctrinal o a un conjunto de normas éticas, sino ser discípulos Misioneros de Jesucristo servidores de la belleza dramática de la persona humana.
Resuenan en nuestros oídos las proféticas palabras a los Obispos colombianos: El evangelio habla de Jesús que recorre con los suyos los campos y poblados de galilea, mientras camina encuentra, se acerca, cuando se acerca habla, cuando habla toca, cuando toca cura, cuando cura salva. La Iglesia debe reapropiarse de los verbos que el verbo de Dios conjuga en su divina misión.
Se trata de que se metan día a día en el trabajo de campo, allí donde vive el pueblo de Dios que les ha sido confiado, no nos es lícito dejarnos paralizar por el aire acondicionado de las oficinas, por las estadísticas y las estrategias abstractas, Es necesario dirigirse al hombre en su situación concreta, de el no podemos apartar la mirada, la misión se realiza cuerpo a cuerpo. Como también nos iluminan en nuestros servicios a la comunidad humana sus palabras a los movimientos sociales en Roma: “A cualquier persona que tenga demasiado apego por las cosas materiales o por el espejo, a quien le gusta el dinero, los banquetes exuberantes, las mansiones suntuosas, los trajes refinados, los autos de lujo, le aconsejaría que se fije qué está pasando en su corazón y rece para que Dios lo libere de estas ataduras. Pero, parafraseando al expresidente latinoamericano que José Mujica, el que tenga afición por todas esas cosas, por favor, que no se meta en política, que no se meta en una organización social o en un movimiento popular, porque va a hacer mucho daño a sí mismo y al prójimo y va a manchar la noble causa que enarbola.
Frente a la tentación de la corrupción, no hay mejor antídoto que la austeridad; y practicar la austeridad es, además, predicar con el ejemplo. Les pido que no subestimen el valor del ejemplo porque tiene más fuerza que mil palabras, que mil volantes, que mil likes, que mil retweets, que mil videos de youtube. El ejemplo de una vida austera al servicio del prójimo es la mejor forma de promover el bien común y el proyecto-puente de las 3-T. Les pido a los dirigentes que no se cansen de practicar la austeridad y les pido a todos que exijan a los dirigentes esa austeridad, la cual –por otra parte– los hará muy felices. Queridos hermanas y hermanos, la corrupción, la soberbia, el exhibicionismo de los dirigentes aumentan el descreimiento colectivo, la sensación de desamparo y retroalimenta el mecanismo del miedo que sostiene este sistema inicuo.
Despedimos al Papa argentino, al papa del fin del mundo, al papa de Lampedusa, al papa de las periferias, al papa hospital de campaña, al papa de la alegría del evangelio, al papa caminante herido, al papa del drama de los migrantes, al papa del cuidado de la casa común, al papa de la fraternidad universal, al papa que cuestiono con dureza al clericalismo, al papa que fomento la participación laical y de las mujeres en las estructuras de la curia romana y de la Iglesia, al papa de los pobres, de los excluidos, al papa del afuera y del adentro de la Iglesia, al papa que quiso andar en la vida con la espiritualidad del crucificado, como rezamos en el bello poema del viernes santo:
Que María, la madre al pie de la cruz, la madre abrazada gozosa a su Hijo resucitado acoja en sus brazo al Vicario de su hijo, al siervo de los siervos.
Descansa en paz querido Francisco.