Córdoba: desclasifican archivos cordobeses sobre ovnis

Aquella madrugada de 1978, alrededor de las 4.20 horas, al salir de Arroyito por la ruta 19, Severino Brunetto, su hijo Daniel y su compañero Orlando Carrizo, trabajadores de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) se encontraron con un evento desconcertante cuando se cruzaron con un auto de frente que les hizo señas de luces.

“Al cruzar ese vehículo con el nuestro, coloqué las luces altas y al hacerlo comprobamos que nos encontrábamos en la localidad de Tránsito, lo cual nos sorprendió, ya que en ningún momento recorrimos ese trayecto”, relató Orlando Carrizo. Este comentario refleja la confusión que sintieron al darse cuenta de que habían avanzado varios kilómetros en un instante, un fenómeno que desafiaba toda lógica.

Carrizo, quien conocía bien la ruta, incluyendo el cruce del puente del río Segundo, un punto característico en su camino, se sorprendió al notar que ninguno de esos lugares había sido registrado en su recorrido. Mientras intentaban entender lo que había sucedido, decidieron continuar su viaje y pasaron por Santiago Temple. Sin embargo, a unos ocho kilómetros de allí, cerca de Pedro Vivas, una intensa luminosidad difusa rodeada de una extraña bruma les llamó la atención. Deteniéndose para observar mejor, se encontraron con un objeto no identificado que nunca antes habían visto.

El objeto emitía destellos a través de lo que parecían ser ventanillas giratorias y desprendía una tenue bruma rojiza en su parte inferior; en la parte superior, un potente reflector de luz blanca barría el cielo. “Su parte superior se dirigía de a ratos hacia un lugar a otro como si fuera un reflector que emitía una luz blanca y fuerte”, narró Carrizo. Mientras tanto, otros camioneros que transitaban por la zona también se detuvieron para observar el fenómeno. El objeto se desplazó lentamente unos 200 metros hacia la derecha, acercándose a los camioneros. Mientras, Carrizo, que intentaba iluminar el objeto con una linterna, fue sorprendido por un destello brillante que los encegueció momentáneamente. Al recuperar la visión, se dieron cuenta de que el objeto había desaparecido sin dejar rastro. “Su potente reflector nos encegueció momentáneamente y, al apagarse, comprobamos con sorpresa que el objeto no se encontraba más”, dijeron los Brunetto.

Tres días después del incidente, el diario La Prensa publicó un artículo titulado “Teletransportó un OVNI a un grupo de camioneros”. La repercusión mediática llevó a que las autoridades de EPEC solicitaran un informe a los testigos, quienes describieron el evento como “insólito”.

Casi medio siglo después de aquel lejano diciembre, nadie conocía la existencia de esos informes, hasta que Andrea Pérez Simondini, directora de la Comisión de Estudio del Fenómeno OVNI de la República Argentina (CEFORA), tuvo acceso a ellos. “Este caso es de interés central, ya que se manifiesta un evento de probable tiempo perdido”, comentó Pérez Simondini, subrayando la relevancia del fenómeno en el estudio de encuentros con OVNIs.

La historia de aquella madrugada se sigue narrando, manteniendo viva la curiosidad sobre lo desconocido y lo inexplicable, un eco de misterio en la memoria de quienes lo vivieron.