Rodocrosita: la ballena que desde 1971 visita todos los años Chubut y marca un “hito significativo”
- 23/01/2023 11:36 hs
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El cetáceo es monitoreado satelitalmente por el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) de la provincia patagónica.
Desde hace 50 años, Rodocrosita -una ballena franca austral monitoreada satelitalmente- regresa a Península Valdés. El fenómeno, advierten los especialistas del Instituto de Conservación de Ballenas de Chubut, es un “hito significativo” porque aporta información valiosa no sólo de la vida del ejemplar, sino para las tareas de protección de la especie, que viven entre 50 y 100 años.
Rodocrosita -bautizada así por la piedra preciosa- es una de las 22 ballenas franca austral equipadas con transmisores satelitales de última generación en septiembre pasado, durante la última edición del proyecto satelital de Siguiendo Ballenas.
Se trata, según confirmó el ICB en las últimas semanas, de una hembra que forma parte del primer catálogo de la población de ballenas de Península Valdés, en la provincia de Chubut, registrada en 1971 con el número 58 en el álbum de fotoidentificación, por aquellos tiempos en blanco y negro.
“El caso de Rodocrosita fue muy significativo. Siguiendo Ballenas comenzó en el 2014, pero confirmamos que ella es una ballena que conocemos desde 1971, año que arrancó el proyecto de fotoidentificación del Programa de Investigación Ballena Franca Austral (PIBFA) en Argentina”, detalló Camila Muñoz Moreda, bióloga de Puerto Madryn e integrante del equipo de fotoidentificación de estos ejemplares del ICB.
En este sentido, la especialista remarcó que este hallazgo “fue una alegría para el equipo”. “Nos tiene que dar mucho orgullo poder conocer una ballena desde hace tanto tiempo y que esté en buen estado de salud”, dijo, y remarcó: “Me parece un hito importante poder aferrarnos a historias como las de Rodocrosita. Nos tiene que despertar el amor por el ambiente y el mar, donde ocurren muchas historias, y poder ser más empático con el resto de los seres vivos”.
“Las ballenas francas tienen callos que son engrosamientos de la piel y estos están colonizados por unos bichos que son como pequeños cangrejos de color blancuzco. A través de ese patrón puede conocerse quién es quién dentro de la población”, explicó Moreda.
Y siguió: “Todos los años se toman fotografías aéreas en el mes de septiembre cuando se da la mayor concentración de individuos en Península de Valdés. Es ahí que podemos saber quiénes de la población volvieron y qué individuos nuevos se incorporaron”.
La especialista precisó que las fotografías, que se toman satelitalmente, se contrastan con las imágenes que se tienen en el catálogo que hoy está compuesto por más de 4000 individuos y se ha digitalizado el material impreso con fotografías analógicas de los primeros 200 individuos.
Según el historial de observación, Rodocrosita fue identificada como individuo solitario en 1971, luego en 1973 ya como madre acompañada con una cría. En 1976 (con cría), 1977, 1980 (con cría), 1991, 1992 (con cría), 1993, 1996, 1998 (con cría), 2001 (con cría) y 2022 (con cría).
“De las ballenas que fueron monitoreadas, Rodocrosita es la primera que tenemos registro de tanta antigüedad. Nos ha pasado de toparnos con individuos de 1971, pero no seguirles su ruta satelitalmente”, aclaró.
“Que una ballena vuelva es importante”, hizo hincapié la bióloga, ya que les permite a los investigadores conocer la historia de vida del ejemplar, su estado de salud, su edad, y en el caso de ser hembras si son exitosamente reproductivas y poder incorporar a sus crías en los catálogos.
“Esto aporta información biológica sumamente importante pero también en cuanto a la conservación, ya que se contrasta con la información de otros individuos pudiendo identificar cuales son la áreas claves para las ballenas y cómo se puede proteger a la especie regulando las actividades que ocurren en esas áreas”, explicó.