Caso Solange Musse: El COE, otra vez en el medio

“Hasta mi último suspiro tengo mis derechos” es la frase que Solange Musse había dejado en una carta. Hoy su padre la lleva tatuada en su remera. Como símbolo para pedir justicia. “Porque tuvieron el tiempo suficiente y no la escucharon”, dice. Hoy, tras más de 5 horas de audiencia, comenzó el juicio en nuestra ciudad.

Pablo Musse había viajado desde Neuquén a Alta Gracia para ver a su hija en 2020. La joven padecía un cáncer en estadio 4. Transitaba sus últimos días de vida y quería despedirla. Producto de las restricciones por el covid, y un hisopado dudoso, se le impidió el ingreso a Huinca Renancó. A pesar de numerosos intentos y 4 horas de espera, regresó a su localidad de origen. En el trayecto, fue escoltado y "encapsulado" por efectivos policiales, quienes ni si quiera “lo dejaban comer o ir al baño”, dice.

Aunque se le quiebra la voz por momentos, su relato parece firme. El enojo sobresale por su tono de voz. Evidencia su indignación e impotencia. Y se dirige al acusado doctor Andrada, quien era el director del Hospital de Huinca Renancó en ese momento y se abstuvo de declaraciones en la audiencia. “Pedí hablar con el o con quien corresponda, y no me dejaron por ser domingo y feriado”, cuenta. A pesar del pedido de que hable al tribunal, señala al médico con la mano. “¿Iba a contagiar a toda Alta Gracia?”, comenta. 

Incluso, asegura que tiene pruebas “por las dudas si pasaba algo”. De regreso, cuenta que no se le permitió ni si quiera frenar para descansar. “Mi orden es sacarte de la provincia”, le decían.

El abogado de Andrada, Miguel Ollo Geuna, adelantó que pedirá la absolución, ya que su cliente “no cometió ningún delito”. Dijo que desconocía que Musse había venido por ruta y que su cuñada tuviera una discapacidad. Que nadie le informó de esa situación.

Al otro lado de la sala se escuchan sollozos. Se trata de Paola Oviedo, tía de Solange, quien también estuvo presente ese día. A pesar su resultado de testeo negativo, su situación de discapacidad le impide una movilidad por sus propios medios. Debió volver, según cuenta, bajo un destrato constante. Tampoco pudo despedir a Solange. Y no hubo excepciones: a pesar de que le quedaban pocas horas de vida. 

Además, declaró de manera escueta Teresa Oviedo, madre de Solange, quien se encontraba a su cuidado en Alta Gracia. "Espero que se haga justicia" dice al cerrar sus dichos. Luego se levanta y abraza a su hermana Paola.

De la otra cara de la moneda, la acusada Analía Morales, una asistente social que integraba el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) asegura que nunca supo que estaba a cargo del COE de Huinca Renancó.

Tras un ida y vuelta tenso con el fiscal Julio Rivero dice que “no era su competencia determinar quién entraba y quien no”. Su función, según explica, tenia que ver con el asesoramiento de las personas y la distribución en hoteles, para el cumplimiento del protocolo. Se pedía a las personas con domicilio en Córdoba 14 días de aislamiento al ingresar a la provincia, ya sea con un hisopado positivo o negativo. Su defensor, Osvaldo Narcisi dijo que “la sábana quedó corta. Otros son los funcionarios que deberían estar acá“.

Cuenta que en esa jornada recibió un mensaje vía WhatsApp de Andrada. Le solicitaba un contacto en Plottier, Neuquén, producto de que “se debía rebotar” a una persona. Desconocía la presencia de Paola Oviedo en el lugar, según comenta.

Mañana se espera la continuidad del juicio.