Finalmente, ya están las fórmulas que competirán por la gobernación en la provincia de Córdoba. Mucha rosca política, mucha incertidumbre en el horizonte y muchas negociaciones prometiendo cargos y puestos que hoy ninguno cuenta y todos aspiran.
El tratar de ocupar todos los espacios de “Hacemos Juntos por Córdoba” con Schiaretti como candidato a presidente, para no mitigar su poder y no lo manden a la casa, Llaryora candidato a Gobernador y Passerini como candidato a Intendente, tratar de unir a todo el Justicialismo Cordobés. La decisión de incluir a intendentes “filo-kirchneristas” de la mano de Martín Gil y de sumar a Radicales enojados de la mano de Mirian Prunotto, es una intención clara de hacer más grande la coalición y cercar a Luis Juez.
Desde el lado de Juntos por el Cambio se quedaron con lo básico. Juecismo puro, algo de radicalismo y el Pro que apoya con el sello. Juez y un radical confirman esa estrategia.
Finalmente, la Izquierda se pudo unir y van todos juntos a la elección. Repetir los comicios anteriores será una batalla ganada por ellos.
Campo de heridos
Las decisiones para conformar las listas han dejado heridos por todos lados. Desde el bunquer oficialista muchos “peronistas de base” se han sentido defraudados por no haber sido tenidos en cuenta a la hora del armado. Los dirigentes cercanos a Alejandra Vigo ven nuevamente como los dejan en segundos plano, pero le piden territorio y militancia. La idea de sumar a “radicales” y “Kirchneristas” hace que no hay lugar para todos. Eso ha molestado mucho y esperan desde el círculo cercano a Martín Llaryora poder convencer a importantes dirigentes para que se sumen a caminar las calles de los pueblos y los barrios de las ciudades importantes. Lo mismo sucedió con los “viejos delasotistas” en muchos casos totalmente ninguneados en el armado de las listas.
Desde la nueva coalición oficialista juran y afirman que están todos conformes y que Schiaretti le dio el poder total de armado al actual intendente de la ciudad de Córdoba, otros afirman que metió mano y pidió por algunos “compañeros olvidados”.
Desde Juntos por el Cambio los heridos también se multiplican. La decisión de armar una formula por encuesta y no ir a internas, ha dejado muchos enojados en la Unión Cívica Radical. Ya se sabe que en JXC la territorialidad la tiene el radicalismo, pero no tiene el protagonismo ni la decisión. No tienen la lapicera y eso les pesa. Relegar una figura fuerte a nivel provincial como Rodrigo de Loredo le hizo perder espacios claves. La idea de ponerlo al radical como candidato a la intendencia hace que los intendentes radicales del interior provincial no quieran participar de manera activa en la campaña. “me llama un juecista para hacer un acto en el pueblo. Que lo organicen ellos si quieren”, dijo un intendente del norte cordobés bastante enojado porque no fueron tenidos en cuenta.
Las cartas están echadas, la carrera comienza en su tramo final, queda poco menos de un mes y medio para que los cordobeses elijamos nuevo gobernador. Todavía no hay propuestas claras y concretas en ninguno de los espacios. Llaryora intentará continuar el legado de Schiaretti y pegarse a la buena imagen que tiene e actual gobernador. Juez hará de su oratoria y su denuncia su principal arma. Los otros verán cómo se suman. Ya lo decían los viejos sabios en los pueblos: “En el viaje los bultos se acomodan” y eso esperan los diferentes partidos tras las decisiones confirmadas.
Por Marcelo Meloni
Gerente General - Grupo Apolo
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