Día Mundial de la Celiaquía: 1 de cada 167 argentinos convive con la enfermedad que tiene un único tratamiento
- 05/05/2023 11:50 hs
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La prevalencia entre los niños es mayor, ya que afecta a 1 de cada 79. Su presentación puede ir desde manifestaciones clínicas muy severas a formas totalmente asintomáticas.
El 5 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Enfermedad Celíaca, instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el fin de concientizar a la comunidad y promover la búsqueda de soluciones para las personas afectadas.
Según estimaciones del Ministerio de Salud de la Nación, uno de cada 167 adultos tiene celiaquía en la Argentina, mientras que entre los más chicos la prevalencia es aún mayor. Uno de cada 79 niños presenta la enfermedad, y los especialistas observan que los casos van en aumento de un tiempo a esta parte.
Dado que es una afección de base genética, se conoce que los familiares de primer y segundo grado tienen una prevalencia de entre 4% y 12%, llegando hasta el 75% en el caso de los gemelos idénticos. Se estima que por cada caso de celiaquía, existen entre 5 y 10 personas no diagnosticadas.
Si bien las formas clásicas en que se manifiesta la enfermedad pueden incluir diarrea, caída del cabello, pérdida de peso o anemia, la patología puede presentar síntomas más severos, o bien ser asintomática. De allí lo complejo que muchas veces resulta arribar al diagnóstico.
¿Qué es la celiaquía?
La enfermedad celíaca es una patología sistémica, autoinmune, desencadenada por el gluten, una proteína que se encuentra de manera natural en el trigo, el centeno y la cebada, entre otros, y que afecta a individuos genéticamente predispuestos a padecerla.
En relación a la avena, es un caso curioso. Si bien no resulta tóxica para el 95% de las personas con enfermedad celíaca, sí ocasiona daño en el 5% restante. A su vez, en Argentina no se cuenta con avena pura debido a la rotación de cultivos y a que el almacenamiento de la misma se realiza en los mismos silos que el resto de los cereales. Esto hace que resulte contaminada y deba prohibirse su consumo a las personas enfermas. De allí que los alimentos certificados que deben consumir quienes padecen esta enfermedad llevan el logo “sin TACC”, en relación a trigo, avena, cebada y centeno.
El único tratamiento efectivo para esta enfermedad es mantener una alimentación libre de gluten, para lo cual es sumamente importante contar con disponibilidad de alimentos libres de gluten y seguros.
Cuándo sospechar de enfermedad celíaca
Según explicó la licenciada en Nutrición Constanza Echevarría (MN 3718), profesora adjunta de la Licenciatura en Nutrición de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, “la presentación de la enfermedad celíaca no tiene un patrón clínico único. Puede ser monosintomática (un síntoma) u oligosintomática (varios), e incluso variar en su nivel de severidad de expresión del síntoma: intensos, leves e incluso una presentación asintomática, en la que el paciente no detecta nada anormal”.
Precisamente esta diversidad de síntomas representa un desafío para los profesionales de la salud y una dificultad a la hora de la sospecha clínica y diagnóstico. Y tras ampliar que “además de haber un amplio espectro de características clínicas, éstas pueden variar a lo largo de la vida del paciente”, la especialista sostuvo que “los síntomas pueden superponerse con los síntomas del síndrome del intestino irritable; los pacientes pueden tener también manifestaciones sin síntomas gastrointestinales, o incluso pueden no presentar ningún síntoma”.
Los síntomas que pueden ser indicio de la enfermedad celíaca varían según se trate de la enfermedad celíaca clásica o no clásica. “En la enfermedad celíaca clásica los pacientes presentan signos y síntomas de malabsorción, como diarrea, esteatorrea (diarrea por pérdida de grasas), anemia por deficiencia de hierro, pérdida de peso, alteraciones del crecimiento o malestar y fatiga, distensión abdominal por hinchazón e irritabilidad y alteración del ánimo”, explicó Echevarría, quien diferenció que “en la enfermedad celíaca no clásica, los pacientes pueden presentar síntomas gastrointestinales inespecíficos sin signos de malabsorción o con manifestaciones extraintestinales (sin síntomas gastrointestinales)”.
Algunos de estos pueden ser: fatiga crónica, falta de energía, migraña crónica, estreñimiento crónico en niños, manifestaciones dermatológicas (como erupción cutánea, psoriasis, ampollas), neuropatía periférica, reducción de la densidad ósea, infertilidad inexplicable, defectos del esmalte dental, falta de apetito o saciedad precoz, ansiedad, mal humor e irritabilidad, pubertad tardía, deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico, aumento de las enzimas hepáticas crónica e inexplicable.
Cómo se llega al diagnóstico
Para el diagnóstico de la enfermedad celíaca “se requiere del hallazgo de alteraciones morfológicas características en biopsias del intestino delgado, asociado a pruebas serológicas específicas positivas”, explicó Maidana. Y ahondó: “Lo primero que se realiza ante la sospecha -ya sea por la presencia de síntomas característicos o por tener familiares directos celiacos- es la prueba serológica”.
Es que normalmente circulan en la sangre pequeñas cantidades de anticuerpos contra una diversidad de antígenos alimentarios. “Por ejemplo, se pueden detectar anticuerpos contra componentes de los alimentos como las proteínas del huevo, de la leche, y también del gluten (denominadas gliadinas). Por lo tanto se dosa en sangre como primera opción para el diagnóstico el anticuerpo antitransglutaminasa tisular de tipo IgA (a-tTG IgA) y un dosaje de inmunoglobulina A total -detalló la nutricionista-. Le sigue la confirmación diagnóstica que se da a través de la biopsia endoscópica.
Las muestras deben ser tomadas en el bulbo duodenal y duodeno distal debido a que se sabe que el intestino delgado se lesiona en forma de ‘parches’, esto es, zonas sanas intercaladas con zonas lesionadas, y la mayor afectación se da en la primera porción del intestino delgado, es decir, en el duodeno”.