"Estuvimos a nada de una tragedia": El presidente de la Liga, sobre la pirotecnia en la final

Lo que debería haber sido una fiesta del fútbol local estuvo al borde de convertirse en un drama. El presidente de la Liga, Lucas Martinetti, relató con crudeza el clima de inseguridad que se vivió en la Plaza Ocampo debido al uso de bombas de estruendo y fuegos artificiales, elementos que están estrictamente prohibidos.

Un milagro en la tribuna

El momento más crítico de la jornada ocurrió cuando una bomba de estruendo explotó a menos de un metro de una niña.

"Me dio miedo en lo personal y por la gente. Una chica estuvo a medio metro de que le explotara una bomba; estuvimos a nada de una tragedia", confesó el dirigente, quien admitió que, por primera vez, deseaba que el partido terminara lo antes posible por temor a lo que pudiera suceder.

Falla en los controles e ingreso clandestino

A pesar de que la policía realizó cacheos incluso a los jugadores, la pirotecnia se filtró en el estadio. Según el análisis del presidente de la Liga, el ingreso se dio de forma irregular:

Puntos ciegos: Los tapiales bajos de la Plaza Ocampo facilitan el paso de objetos desde el exterior.

Ataque externo: Se detectó el lanzamiento de explosivos desde los techos de los departamentos ubicados sobre la calle Sabatini.

Falta de registro: Los clubes participantes (Alumni e Irigoyen) no permitieron la filmación en vivo del encuentro, lo que dejó a la Liga sin un registro fílmico oficial para ser utilizado como prueba ante el Tribunal de Penas.

¿Complicidad dirigencial?

Durante la entrevista, oyentes de la radio denunciaron que los mismos dirigentes de los clubes habrían provisto la pirotecnia a las barras bravas. Al respecto, Lucas fue tajante: "Si un dirigente le da bengalas a la barra, se está 'matando las manos'. Dirigente significa dirigir gente, no fomentar el peligro".

Durante la entrevista se le consulto sobre que sanciones podrian aplicarse  ya que las multas economicas no son suficientes para frenar la violencia. En la mesa de dialogo sobrevolo la posibilidad de: Quita de puntos o del título, obligatoriedad de jugar sin público,sanciones directas a las instituciones. A lo que Martinetti expresó:  "Lo económico se arregla, pero una sanción deportiva es lo que frena estas cosas", sentenció, delegando la responsabilidad en el Tribunal de Penas, un ente independiente que deberá evaluar el informe del árbitro para actuar de oficio.

La mirada ahora está puesta en la "Finalísima" del próximo domingo. El presidente llamó a un trabajo conjunto urgente entre la policía, el Estado y los clubes para garantizar que no se repitan los incidentes en un estadio ubicado en pleno centro de la ciudad.