"Francisco fue un profeta y murió de pie, al servicio de la Iglesia"

El Obispo Adolfo Uriona dialogó con Micrófono Abierto, luego del fallecimiento del Papa Francisco, con quien se había reunido el 27 de enero próximo.

Uriona planteó que se encontraba consternado y que no esperaba esta triste noticia, manifestó que le generó mucha angustia cuando lo vio en el saludo pascual y en la bendición Urbi et Orbi, “no lo vi nada bien, pero bueno, murió de pie, siempre al servicio de la Iglesia”.

El Obispo Uriona planteó que es muy difícil sintetizar el legado del Papa Francisco, “lo voy a repetir constantemente, para mí Francisco fue un profeta, que es el que habla en nombre de Dios y habló en nombre de Dios a la Iglesia, al mundo, fue un artífice de paz”.

Consideró que su legado se verá mucho más adelante, “cuando la historia vaya pasando y lo descubramos. Me duele mucho en el corazón el hecho de que muchos argentinos no supieron comprenderlo y eso le pasa a todo profeta como dijo Jesús”.

Uriona se había reunido con el Papa Francisco el 27 de enero próximo, “estuve una hora, fue un momento realmente muy familiar como cada vez que nos encontrábamos cuando era cardenal. Me parece que es eso lo que ha quedado grabado en mi corazón y en mi retina para siempre. Yo en ese momento no lo sentí como una despedida, pero bueno, fue una despedida”.

En esa reunión el Obispo de la Diócesis de Río Cuarto le presentó un informe de la pastoral, de cómo se estaba trabajando y según sus dichos “el Papa me alentó a seguir así, a seguir trabajando por la Patria y por los más pobres”.

Uriona expresó que “fue un intercambio del orden personal y pastoral”.

El Obispo consideró que la figura de Francisco se lo utilizó políticamente, sin embargo remarcó que “quien quiere jugarse por lo demás,  quien quiere jugarse por la convicción de que lleva la palabra de Dios le va a pasar siempre eso y creo que eso engrandece su figura”.

Adolfo Uriona comentó que la muerte de Francisco se da con semejanza a lo del Papa Juan Pablo II, “lo maravilloso es que el Papa falleció primeramente sin tanto sufrimiento y en el día de la octava de Pascua y esta nos anuncia la resurrección y más allá de la consternación que nos genera la muerte, el mensaje de la fe cristiana es que todos nosotros vamos a resucitar”.