Como cada domingo, el periodista Martín Alanis realiza su análisis político, de cara a las elecciones PASO que se llevarán a cabo el 13 de agosto próximo.
En esas dos palabras dentro de una misma pregunta podría resumirse la elección nacional que tendrá su primer acto el próximo domingo 13 de agosto. Las Paso abrirán el calendario para elegir al nuevo presidente de los argentinos.
De no mediar sorpresas, el jefe de Estado se elegirá en la segunda vuelta o balotaje, allá por noviembre, previo al turno electoral de octubre con la primera vuelta.
Tres instancias, un mismo objetivo: conducir los destinos del país por los próximos 4 años. Continuidad o cambio. Pregunta y respuesta a la vez. La pregunta se formula en esta opinión. La respuesta la tienen cada uno de los 36 millones de argentinos habilitados para sufragar a lo largo y ancho de la Patria.
Como las encuestas “no pegan una”, usando frases populares de simple comprensión, lo mejor antes de analizar cualquier resultado es esperar justamente el resultado final que arrojen las urnas el próximo domingo.
El comicio podrá ser una gran encuesta nacional, en caso de confirmarse los guarismos que entregan los cuestionados sondeos, es decir, un escenario de tres tercios; o el camino hacia la Casa Rosada de aquel candidato o espacio que obtenga una mayoría consolidada.
Para ambos casos hay dos ejemplos clarísimos. En 2015, Mauricio Macri sacó poco más del 20% en las Paso. Sirvió de encuesta, la base para la siguiente instancia de aquella campaña.
Ya en las generales superó largamente el 30% y cerró el balotaje con 51%. En 2019, en cambio, Alberto Fernández “liquidó” el partido en el primer tiempo. La diferencia 48 a 33 fue categórica e indescontable.
En esta elección en particular, el oficialismo con Sergio Massa a la cabeza aspira a retener el voto propio y convencer a los desencantados con la gestión que el camino iniciado por el ministro de Economía hace un año es el correcto de cara al futuro, superando la coyuntura por la falta de dólares debido a la sequía.
La altísima inflación es la gran mochila que carga Massa. El nuevo nombre, Unión por la Patria, es una lavada de cara para refundar un espacio que fue efectivo en términos electorales, pero regular a malo en términos económicos.
Juntos por el Cambio, en tanto, atraviesa una interna durísima. De consecuencias imprevisibles. Habrá un ganador en las Paso, pero la duda si el voto de Patricia Bullrich o de Horacio Rodríguez Larreta se trasladará luego en las generales al vencedor de la primaria.
La oposición argentina trajo al FMI y su gestión económica fue para el olvido, motivo por el cual no pudo capitalizar todos los errores del oficialismo en este tiempo.
La gente se acuerda lo anterior y padece el presente. Y también aparece Javier Milei, el tercero en discordia, que amenaza con meterse en la pelea grande si concreta una buena primaria.
Continuidad o cambio. ¿Quién encarna la esperanza de un país mejor? ¿Elegimos lo mejor o lo menos nocivo de acuerdo a nuestras creencias e intereses?
Cada votante tiene su propia motivación. Vayamos todos a votar, sí. Y en el sobre pongamos esa respuesta a la pregunta inicial. Después serán los dirigentes quienes tengan que cumplir con esas expectativas.