Dos elecciones en tres días

Argentina vivió dos elecciones en tres días, la primera en la que participó el 74% del electorado; y la segunda en la que apenas dos personas decidieron apoyar a uno de los candidatos del balotaje, frente a la sorpresa de dirigentes, militantes y simpatizantes.

En el primer caso, el 37% de los argentinos eligió la fórmula oficialista Sergio Massa-Agustín Rossi como la primera fuerza en las elecciones generales. Segundo quedaron los opositores libertarios Javier Milei-Victoria Villarroel con el 29%. Afuera de la segunda vuelta Patricia Bullrich-Luis Petri, un cómodo tercer lugar para los cambiemitas con el 24% de los sufragios.

Con el balotaje confirmado entre Massa y Milei, apenas tres días después, y sin consultar a ninguno de los dirigentes de la alianza Juntos por el Cambio, ni siquiera a los del Pro, Mauricio Macri y Patricia Bullrich decidieron acompañar públicamente a Milei y se desató un escándalo en la coalición. A excepción de los mencionados, y algún que otro dirigente “amarillo”, el resto de los socios puso el grito en el cielo y desconoció cualquier acuerdo “secreto” entre el expresidente y Milei. Secreto entre comillas porque así lo dijo Horacio Rodríguez Larreta.

Los radicales, insultados en casi todos los actos por Milei, dijeron que no votarán por el libertario, lo mismo que Juez y Carrió. En definitiva, toda “la casta” política fue blanco del referente libertario a lo largo de la campaña y ahora pide por sus votos.

Para el oficialismo fue todo ganancia. Con pocas chances tras las Paso, ya que quedó tercero, sumado a la devaluación del 22% del día posterior y el consecuente aumento de todos los precios, la recuperación fue vertiginosa y sorpresiva. Sacó una amplia diferencia y encaminó la reelección. No dijo nada del escándalo opositor y bajó a Leandro Santoro en CABA para no competir en un terreno hostil y sin posibilidades de ganar. Evitó cualquier acuerdo de Milei con Jorge Macri, que ahora es alcalde y piensa más en la gobernabilidad que en aportarle votos a La Libertad Avanza.

En Argentina tres semanas es una eternidad. Es el tiempo que falta para la segunda vuelta. Massa logró unificar todo el peronismo, recuperó provincias perdidas en las Paso y camina sobre rieles con serenidad. Todo lo contrario se vive en la vereda contraria. Los escándalos diarios hacen suponer un debilitamiento de las fuerzas opositoras.

Sin embargo, falta un comicio más. Nada está terminado. El día a día será fundamental hasta el 19 de noviembre. A no apresurarse. En este país, todo puede cambiar de un momento a otro.