A un año de su muerte, publicaron una carta de despedida escrita por Gerardo Rozín
- 11/03/2023 12:13 hs
COMPARTIR EN:
El texto lo escribió el periodista rosarino tras recibir el diagnóstico de la enfermedad que interrumpió su vida a los 51 años
Los hijos de Gerardo Rozín, Elena y Pedro, junto con sus madres, Carmela Bárbaro y Mariana Basualdo, publicaron en las redes sociales un texto del periodista, presentador y productor rosarino quien fallecio el 11 de marzo de 2022. En la cuenta de Instagram de la conductora de La mejor siesta, dio a conocer este texto que Gerardo escribió a comienzos de abril de 2021, cuando recibió el diagnóstico de su enfermedad. Lo guardó en su computadora sin título, por lo cual le quedó el nombre default, que es la primera oración: “Paso a decir que me voy contento”.
“Elena y Pedro, los hijos de Gerardo, junto con sus madres Carmela y Mariana, queremos compartir este texto hoy que se cumple un año de su muerte. Todos los días pensamos en Gerardo: su ausencia ocupa mucho lugar pero también su recuerdo es una compañía verdadera. Los aniversarios, sin embargo, tienen peso también fuera de la familia. A toda la gente que lo quería o que disfrutaba de la televisión que él hacía, además de agradecerles el apoyo y el cariño, les dedicamos estas líneas que Gerardo escribió en el momento de recibir el diagnóstico”, publicó Bárbaro
Palabras de Rozín:
Paso a decir que me voy contento. Que tengo una hija de diez y un hijo de veinte, y me estoy por morir sabiendo que les dejo la seguridad de que fueron amados. Muy amados. Tienen valores para abrazar y para discutir, pero no arrancan sin ideas. Es un montón.
Hemos sido gente de reír mucho, disfrutamos de la ironía y no del sarcasmo. Nos quedaron muchas gracias por hacer juntos, pero se sabe que estas despedidas dejan espacios vacíos.
Estoy sonriendo. Lloré siempre, pero frente a lo inevitable, lo que llegará en poco tiempo, no me siento con derecho a la queja.
No es que no reconozca mis defectos sino que errores comete todo el mundo y siento de estuve más en el equipo de los buenos que en el los otros. Tengo algunos orgullos: en la televisión comercial pude hacer ciclos vinculados a los derechos humanos sin que nadie me lo pidiera, buscando esos espacios en la nube del entretenimiento. Y creo que produje algunos momentos emocionantes y graciosos.
Amé de verdad a las parejas que tuve. Y tuve el don de hacer reír mucho a mis amigos. No soy creyente, no me llevo nada, pero les dejo las carcajadas que les arranqué. Soy una de las personas que más los ha hecho reír. Es otro de mis grandes orgullos.
Puedo agregar algunos chistes al respecto pero ciertamente no estoy de humor. Perderlas y perderlos me duele tanto como saben.
Si alguien me extraña en cualquier canción rosarina o uruguaya, en el saxo de Charles Lloyd, en Bowie o en la fe que canta Montaner me van a encontrar. Siempre.
Crecí en los ochenta y me siento obligado a expresar algunos principios una conducta muy en boga por aquellos años: soy judío, socialdemócrata y de Central. Ah, en Qué bello es vivir siempre los estoy esperando para compartir una película juntos. Igual, si ven que no aparezco, arranquen a verla ustedes.
Poco para agregar, más por falta de tiempo que de ideas. Digamos que hemos compartido tres temporadas muy decentes y que soy feliz por irme sabiendo que las que producirán ustedes serán aún mejores.