El rugbier desmintió lo declarado por cuatro testigos de la Policía Federal Argentina que lo identificaron en un videon siendo esta la primera declaración que hace uno de los imputados.
El rugbier Luciano Pertossi afirmó este jueves que él no estaba en el lugar donde señalaron los cuatro testigos de la Policía Federal Argentina (PFA) que lo identificaron en un video que era reproducido esta mañana en el juicio frente al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores, en lo que fue la primera declaración de uno de los ocho imputados en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa.
"Quiero aclarar algo: yo no estaba ahí", afirmó Pertossi, luego de levantar sorpresivamente la mano en el recinto para pedir la palabra mientras se exhibía en la sala un video con una secuencia de la golpiza a la que fue sometido Fernando, al tiempo que hablaba el perito policial Andrés Bruzzese y el querellante Fabián Améndola le realizaba unas preguntas.
"Luciano Pertossi quiere hacer una declaración", dijo el defensor Hugo Tomei, interrumpiendo la exposición de los testigos, a quienes el tribunal les solicitó que se retiraran de la sala para darle la palabra al imputado.
Fue entonces que Pertossi se levantó y se sentó frente a los jueces para hacer esa aclaración y adelantar que no iba a responder las preguntas que le hizo en ese momento uno de los fiscales, Gustavo García.
"Yo aclaré eso. No quiero responder ninguna otra pregunta. No se molesten en hacer otra pregunta. No voy a responder", esgrimió en su escueta declaración ante los jueces.
La declaración del más chico de los imputados Pertossi es la primera que realiza uno de los rugbiers acusados durante el debate oral al que son sometidos por el crimen del estudiante de abogacía.
Los peritos precisaron que en los videos también pudo identificarse a Alejo Milanessi (22), imputado en el inicio de la investigación y sobreseído en abril de 2021.
Además, señalaron que también fue reconocido en el lugar, sobre la vereda y a pocos metros del cuerpo de la víctima, Tomás Colazzo (19), un amigo de los acusados a quien el particular damnificado apuntó siempre como "el sospechoso número 11"; quien era menor de edad al momento del homicidio.
Por pedido del abogado defensor Tomei, en la jornada las sillas en las que se ubican los ocho imputadas fueron corridas unos metros más adelante y al centro de la sala de audiencias, para que los rugbiers tuvieran una mejor visión de la pantalla donde fueron exhibidos los videos.