Gustavo Busso, economista y docente universitario, en diálogo con DE UNA, afirmó que el Gobierno Nacional consigue dólares a través de un permanente endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, dólares que “no son genuinos”, dijo. Bajo su punto de vista, este modelo funciona como un respirador artificial que “quizás le permita llegar hasta las elecciones”.
En diálogo con DE UNA, Gustavo Busso, economista y docente universitario, explicó que el endeudamiento permanente de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), responde a una estrategia del Gobierno para llegar a las elecciones, fugar dinero hacia el exterior y estabilizar el dólar. “Es un respirador artificial”, dijo.
Indicó que la baja de retenciones, medida anunciada por el presidente Javier Milei en la Expo Rural, permite ver que “el Gobierno siempre juega a favor de quienes son sus héroes: los especuladores, los fugadores y los estafadores de criptomonedas; pero no a favor de la producción, los jubilados, la educación ni la salud”, sostuvo.
En este sentido, el economista explicó que este modelo económico funcionaría como un alivio transitorio que, en realidad, no significará un alivio en el futuro. “Este ajuste que están haciendo, esta motosierra brutal y cruel que le están llegando a los jubilados, a la infraestructura de los municipios y a la provincia, a la salud, a la educación, a los derechos de los discapacitados y a los derechos de género, no tiene hoy día importancia para el Gobierno”, expresó.
Bajo su punto de vista, Argentina está atravesando un proceso de desindustrialización, de pérdida de soberanía, que en lo social, en términos de la pobreza, se refleja en un empeoramiento de calidad de vida, en la medida que hay cada vez menos derechos.
Por ende, señaló que, aunque los índices de pobreza hayan bajado, esto no se ve reflejado. “Porque, en realidad, han aumentado todos los costos fijos de vivir. Ahora tenés que poner parte de tu sueldo ahí. Por eso es que, después de pagar todas tus cuentas, no compras más paquetes de fideos que antes. Al contrario, compras menos”, explicó.
Y continuó, “Entonces, sí, la pobreza en los indicadores ha bajado, las condiciones de vida, la distribución del ingreso y la calidad del empleo ha empeorado”.
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