Así lo expresó Gerardo Milman, diputado nacional, en diálogo con DE UNA. Bajo su punto de vista, es necesario readecuar el sistema de prestaciones médicas obligatorias y fijar prioridades. “Hoy hay enfermos oncológicos que no consiguen su medicación por ser muy costosa”, sostuvo.
Los diputados nacionales Gerardo Milman (PRO) junto a Lilia Lemoine y Carlos Zapata (LLA) presentaron un proyecto que modifica o elimina la Ley de Identidad de Género (26.743) para prohibir el uso de fondos públicos destinados a tratamientos hormonales o quirúrgicos de aquellas personas que quieran adecuar su apariencia con la identidad autopercibida.
Este proyecto tiene el objetivo no sólo prohibir la utilización de fondos públicos para los tratamientos sino también los programas de obras sociales o el Plan Médico Obligatorio (PMO) o cualquiera que tenga financiación de fondos públicos.
“Nosotros entendemos muy bien que hay personas que quieren llevar adelante este procedimiento y los valoramos. Pero si ellos toman una decisión de este carácter, lo tienen que hacer de manera personal. El resto de los aportantes no pueden hacerse cargo de esta operación”, expresó Gerardo Milton, diputado nacional, en diálogo con DE UNA.
Bajo su punto de vista, el Estado está atravesando un período de escasez y, en ese sentido, se vuelve necesario readecuar el sistema de prestaciones médicas obligatorias. “No es que es una sola medida que resuelve los problemas, pero hay que empezar a fijar prioridades. Hoy hay enfermos oncológicos que no consiguen su medicación por ser muy costosa. Y, esto es lo que, en definitiva, termina generando el desequilibrio que no permite entregar medicamentos contra el cáncer, por ejemplo”, sostuvo.
En la misma línea, este proyecto de ley sostiene que el Estado junto a todos sus órganos, dependencias, entidades descentralizadas y empresas con participación estatal deberán “abstenerse de promover, financiar, difundir o imponer construcciones ideológicas sobre el género o la sexualidad.”
“He recibido a personas que se hicieron este tratamiento sin la autorización de sus padres con 10 o 12 años. Cuando tuvieron la mayoría de edad, se dieron cuenta que cometieron una decisión equivocada, porque fueron guiados por un sistema que los llevó a un lugar del cual nunca más van a poder volver”, concluyó.
La iniciativa ya generó rechazo en sectores de Derechos Humanos y diversidad, como en la Federación Argentina LGBT, donde se reclama el “desguace” de la Ley de Identidad de Género.