Mitos y curiosidades al descubierto: La espinaca, la zanahoria y la regla de los 5 segundos

¿La espinaca realmente te da la fuerza de Popeye? ¿Las zanahorias mejoran la visión? ¿Es segura la "regla de los 5 segundos" para la comida que cae al suelo? son preguntas que, el ingeniero en alimento e influencer de "Curiosidad Alimentaria" Tomas Gill, desmitificó junto a otras creencias populares sobre los alimentos en su columna habitual en Llámalo Como Quieras (lunes a viernes de 15 a 18).
 
El mito de que la espinaca da superfuerza, popularizado por el icónico personaje Popeye, tiene su origen en un error de cálculo histórico. Gill explicó que, alrededor de 1870, un científico que analizaba la composición de la espinaca se equivocó al colocar la coma en sus notas, registrando 40 miligramos de hierro por cada 100 gramos, cuando en realidad eran solo 4 miligramos.
 
Esta creencia errónea, sumada a la intención de concientizar sobre una alimentación saludable y la accesibilidad de la espinaca, llevó a que fuera el alimento elegido para darle "superpoderes" a Popeye.
 
El impacto fue tal que el consumo de espinaca en Estados Unidos aumentó en más de un 30%. Sin embargo, Gill aclaró que el hierro presente en los vegetales se absorbe con menor facilidad que el hierro de la carne. Para cubrir las necesidades diarias solo con espinaca, un hombre necesitaría consumir alrededor de 12 a 13 kilos diarios, y una mujer, cerca de 30 kilos. La clave, enfatizó, está en una dieta variada y equilibrada, que incluya diversas fuentes de nutrientes.
 
Otro mito extendido es que comer zanahorias mejora la visión. Si bien el betacaroteno presente en las zanahorias se transforma en vitamina A, fundamental para la vista y cuya deficiencia puede causar ceguera, un consumo excesivo no genera una visión superhumana. El cuerpo elimina el excedente, y un exceso puede incluso teñir la piel de naranja.
 
El origen de este mito, según Gill, se remonta a la Segunda Guerra Mundial. El gobierno británico, para ocultar su innovador sistema de radares que les permitía detectar aviones enemigos en la noche, difundió la historia de que sus pilotos tenían una visión nocturna superior gracias al consumo abundante de zanahorias. De esta forma, desinformaban al enemigo y mantenían su ventaja estratégica.
 
¿Atún con Mercurio? Y el Polémico Pururú Caliente

En cuanto al atún, ingeniero abordó la preocupación sobre la posible contaminación con mercurio. Confirmó que peces grandes como el atún pueden acumular metilmercurio, un compuesto tóxico que llega al mar por causas naturales o, cada vez más, por contaminación industrial.
 
Sin embargo, aclaró que las variedades de atún enlatado suelen ser más pequeñas y con una vida más corta, acumulando menos mercurio, y que los productos enlatados pasan por estrictos controles de seguridad. Aconsejó un consumo máximo de cinco a siete latas de atún por semana, recomendando alternar con pescados más pequeños.
 
Además, Gill sorprendió al hablar del pururú (pochoclo o palomita de maíz) y una técnica poco conocida: el suflado en seco con sal caliente. Explicó que esta sal a alta temperatura (unos 200 grados) actúa como medio de transferencia de calor para que el maíz pisingallo explote, sin que el resultado sea necesariamente salado. Un dato curioso es que esta técnica no funciona con azúcar, ya que se caramelizaría.
 
Para cerrar, se abordó la famosa "regla de los 5 segundos", que sostiene que, si un alimento se cae al suelo y se levanta rápidamente, no se contamina. Tommy Hill fue categórico: este mito es falso. Las investigaciones científicas demuestran que la contaminación no depende del tiempo, sino del tipo de superficie sobre la que cae el alimento y del tipo de alimento en sí.
 
Una superficie muy sucia puede contaminar el alimento en solo un segundo. Por lo tanto, la recomendación es analizar cada situación y, en caso de duda, descartar el alimento.