El cerebro necesita tiempo para registrar la ingesta de alimentos, por eso, masticar cada bocado es clave para mantener un peso saludable
Comer menos es igual a comer despacio. Al ingerir un alimento masticamos la comida, luego pasa por el esófago, llega al estómago y, gradualmente, este último empieza a llenarse. El estómago comienza a trabajar sobre esos alimentos, pero antes se producen una serie de señales que, tanto el estómago como el duodeno y el intestino delgado, le envían a nuestro cerebro.
Estos órganos del sistema digestivo le avisan al cerebro que ya están recibiendo comida y entonces así se va calmando el apetito. El mecanismo es ese, pero tiene un secreto: el cerebro tarda por lo menos 20 minutos en recibir las señales del estómago, es decir que usted puede ingerir rápidamente una porción de pizza, un plato de pastas o un helado y el estómago no le va a enviar todavía la señal al cerebro de que ya tiene comida en su interior hasta pasados 20 minutos.
Por todo esto, es muy probable que si usted comió rápido, haya comido mucho. Si usted comió despacio, masticando cada bocado, a los 20 minutos, aunque no tenga haya ingerido mucha cantidad de alimento, el sistema digestivo le envía las señales al cerebro. Y al enterarse, se le va el apetito y va dejando de comer.