Humberto Roggero: "El modelo de poder absoluto de Milei ha fracasado"

Humberto Roggero, uno de los dirigentes más importantes que tuvo la década de los 90´ de la ciudad de Río Cuarto, indicó en su momento que no retornará a la política.

"Yo cumplí mi ciclo en la política con mis errores y aciertos. Soy naturalmente político, mi vocación es la política", mencionó.

¿Cómo está viviendo una persona que es un auténtico animal político, como es su caso, estas elecciones de etapa electoral?
Desde el punto de vista político, es un momento muy interesante porque estamos frente a sucesos muy dinámicos de la política argentina.

Creo que el triunfo de la Provincia de Buenos Aires es realmente importante, porque consolida un triunfo de Kicillof en la provincia y en el país, lo que lo estaría transformando, si continúa un camino de aciertos en la gestión de gobierno y de consenso en la gente, y de una visión amplia y federal del país, cosa que me cuesta creer que los bonaerenses en general la tengan, pero bueno, vamos a apostar que sea así, tiene chance de consolidar un espacio de poder hacia el 2027. Es fuerte su chance, pero no es el único.

Por su parte el gobierno está frente a su espejo. O sea, la teoría del poder absoluto, de la estrategia única, del poder central, hegemónico que ha desarrollado Karina Milei y su equipo, ha fracasado, fracasó en Corrientes, en Buenos Aires, viene fracasando fuertemente.

Si el gobierno puede corregir rumbo, puede cambiar posiciones, está en condiciones de poder hacer una buena elección, hasta puede ganar.

Pero no se gana de cualquier forma, de cualquier manera, yo soy el hombre fuerte, poderoso, y la gente vota lo que yo digo. Los argentinos no somos así, para nada.

Humberto, ¿La Libertad Avanza es sólo Milei?

Yo creo que responde a una estrategia. En la Argentina se considera siempre a los hombres importantes, trascendentes, en su momento el radicalismo con Alfonsín, el peronismo con Menem, y así sucesivamente. La figura fuerte, no quiere decir liderazgos autoritarios, sino personalidades fuertes, atrapantes, que vayan acompañados de un grupo de poder.

El órgano más difícil para un político es el oído, porque están los adulones. Que todo está bien, que no tiene autocrítica, no le trae mal mensaje a los dirigentes, y esto hace una confusión sobre la realidad, porque pierde objetividad sobre la crudeza y cómo son las cosas en la vida real. Y me parece que en el mileísmo, como en las otras fuerzas políticas, ha ocurrido.
Menem es uno solo grande, que se llama Carlos Saúl, el resto lleva apellidos, no son lo mismo, son parientes, y no se trasladan los genes.

Una cosa es confundir la casta y otra es la política, o sea, un mal médico no hace mal a la medicina, hace mal a las funciones y la política es lo mismo. Los malos políticos no hacen mal a la política. La política tiene reglas, tiene normas, tiene estructuras, es una ciencia social. Hay que leerla, hay que conocerla. No se puede imaginar cosas que no son. Y me parece que hay mucha improvisación, un poco de soberbia, y un poco de falta absoluta de profesionalismo, en el buen sentido de la palabra.