60 días de máxima tensión

Serán 60 días de máxima tensión en la población, que ya asistió el pasado domingo a un resultado impensado. La victoria de Javier Milei sobre Patricia Bullrich y Sergio Massa por algunos puntos ubica a La Libertad Avanza como fuerza favorita para entrar al balotaje, si lo hubiera.

El resultado fue un terremoto político, la devaluación un cimbronazo económico. Una semana de noticias vertiginosas en ambos frentes, que incluso ganó las pantallas de aquellos canales o programas poco afines a tocar el tema. El triunfo de Milei y la posibilidad cierta del líder libertario de pelear por la presidencia abrió un amplísimo debate en la comunidad y en las redes sociales. No se habló prácticamente de otra cosa en toda la semana.

La devaluación del 22% le echó más leña al fuego de la discusión. Subieron los precios y se multiplicaron las críticas hacia el Gobierno nacional que ahora busca salir del “cachetazo” de las primarias (que lo dejaron en tercer lugar) y del movimiento alcista de precios que devino tras la depreciación abrupta de la moneda. El ministro candidato Sergio Massa tendrá apenas dos meses para ordenar lo que hoy luce abiertamente desordenado, inyectar dinero en el bolsillo de trabajadores y jubilados e intentar así meterse en la segunda vuelta.

En tanto, Milei alcanzó su máxima popularidad tras el triunfo, se paseó por los canales de noticias y hasta se reunió con técnicos del FMI. Se siente ganador cuando el partido tiene tres tiempos. Faltan los dos más importantes y difíciles. Tanto Massa como Milei se han elegido como rivales para octubre y noviembre, relegando a Bullrich. Juntos por el Cambio quedó segundo pero compite por el mismo electorado que La Libertad Avanza. Además resulta difícil que los 11 puntos de Larreta se trasladen directamente a Bullrich.

Asimismo, hay que esperar. No adelantar pronósticos. Todo está atado con alambre. La diferencia entre los tres primeros fue mínima. Falta mucha tela por cortar aun: medidas económicas, debates presidenciales, peleas y propuestas concretas. El argentino medio reclama soluciones urgentes ante una inflación que pulveriza el salario mes a mes. Ojalá que gran parte de las discusiones se concentren en la (mala) economía nuestra de cada día, para encontrarle caminos de solución para siempre.